La pintada callejera
y el graffiti político
y el graffiti político
Por
Juan Carlos Monedero (h)
Con
sus lógicas variantes y diferencias, reconocemos que pintadas callejeras y
graffitis responden –en su mayor medida– a los siguientes grupos:
- kirchnerismo;
- izquierda
no kirchnerista, en sus numerosas fracciones;
- anarquismo;
- grupos
abortistas y de lesbianas;
- nacionalismo católico.
Primeras protestas y amenazas en paredes
La pintada en murales y paredes tienen una larga tradición. Ella evoca una acción muy primitiva: los primeros trazos
del hombre en la piedra de las cavernas. Por lo demás, también encontramos un
ejemplo en la
Sagrada Escritura. Leamos
la historia relatada en el libro sagrado de Daniel:
“El rey Baltasar dio un
gran festín en honor de sus mil dignatarios, y, en presencia de estos mil,
bebió vino. Bajo el efecto del vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro
y plata que su padre Nabucodonosor se había llevado del Templo de
Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey, sus dignatarios, sus
mujeres y sus concubinas. (…)
Bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro y
plata, de bronce y hierro, de madera y piedra” (Daniel V, 1-4).
Entonces,
ocurrió lo siguiente:
“De pronto aparecieron
los dedos de una mano humana que se pusieron a escribir, detrás del candelabro,
en la cal de la pared del palacio real, y el rey vio la palma de la mano
que escribía” (Daniel V, 5).
Ninguno
de los sabios del rey podía descifrar el mensaje, de modo que el profeta Daniel
fue convocado para hacerlo. Así, el profeta reprocha al rey su actitud con
estas palabras:
“Habéis celebrado a los dioses de plata y oro, de
bronce y hierro, de madera y piedra,
que no ven ni oyen ni entienden, pero no has
glorificado al Dios
que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien
dependen todos tus caminos.
Por eso ha enviado él esa mano que trazó este escrito” (Daniel V, 23-24).
Luego
Daniel revela el significado de la escritura:
“La escritura trazada es: Mené, Mené, Teqel y Parsín.
Y ésta es la interpretación de las palabras:
Mené: Dios
ha medido tu reino y le ha puesto fin;
Tequel: has
sido pesado en la balanza y encontrado falto de
peso; Parsín: tu
reino ha sido dividido y entregado a los medos y los
persas. (…) Aquella noche fue asesinado Baltasar, el rey de los caldeos” (Daniel V, 25-30).
La pintada y el graffiti pueden ser, pues, formas de denuncia, protesta e
incluso amenaza. Expresan afirmaciones y oposiciones.
No todos son
afines a estas formas
Es
evidente que otras corrientes de pensamiento ideológicas –como el liberalismo y
los partidos de este signo– encuentran su comodidad en terrenos distintos. Las
pintadas callejeras parecen ser propias de un pensamiento pugnativo, vigoroso,
tanto para bien como para mal. En nuestro país, la única fuerza política que doctrinaria e intelectualmente se opone a las izquierdas y al
anarquismo en el plano de las pintadas y el graffiti político, es el
nacionalismo católico. Los liberales no disputan por paredes, tal vez porque la
connotación misma de la pintada –una connotación militante– desnaturalizaría
ipso facto su pensamiento. También existen personas, de excelente formación y
muy cercanas o afines al nacionalismo, que no aprueban las pintadas como método
de comunicación de ideas.
Un ejemplo
histórico: el Mayo francés
En
la línea de un acercamiento a nuestro tema, veamos algunas consignas clásicas.
El Mayo Francés (1968) popularizó: “Prohibido prohibir”, “Pidamos lo imposible” y “La
imaginación al poder”. La primera consigna es clara: todo está permitido,
todo se puede hacer. Mejor dicho: todo lo que en el pasado nuestros padres y
abuelos consideraban prohibido, malo, inmoral, deshonesto se puede realizar.
Esto incluye, en primer lugar, la legitimación de un comportamiento sexual
desordenado y el consumo de estupefacientes. Todo se puede decir: cabe el
“derecho” a despreciar a la propia nación, a Dios, a los principios morales, etc. Como ya lo había dicho Bernard Shaw:
“la regla de oro es que no hay reglas de oro”.
Como
se ve, estas consignas –breves y contundentes– permiten sintetizar el
pensamiento sin perder por ello fidelidad. En el Mayo Francés hay un repudio a todo límite por el
sólo hecho de ser límite. No importa qué sea lo que se pretenda limitar: todo
está permitido. No importa por qué se lo pretenda limitar: no hay justificación
para limitación alguna. No importa durante cuánto tiempo: ni un sólo segundo
debe haber restricciones. No importa de qué modo: ningún modo es aceptable.
Para esa corriente progresista de los 60’ ,
no hay libertad con límites.
Por
una paradoja no casual, este rechazo a la mentalidad tradicional no puede sino
“recaer” en formas de expresión tradicional. Es evidente que, si está prohibido prohibir, entonces hay algo prohibido.
Algo, lo que sea, pero hay algo. Y si hay algo prohibido, entonces hay límite.
Pero si hay límite, aún estamos –mal que les pese a estos sofistas, que
conducen a lo que Díaz Araujo llama la
rebelión de la nada– dentro de algún orden. Podemos
discutir si tal orden es mejor o peor que otro, si tal
límite debe estar más allá o más acá, si correspondió colocarlo en ese momento o en otro. Pero la necesidad del límite –y,
por ende, del orden– no puede siquiera ser negada sin contradicción.
La
segunda consigna puede ser entendida junto con la tercera. Esta última –La
imaginación al poder– expresa, en otros términos, la misma idea que hemos
comentado. En efecto: si la imaginación es el terreno de lo posible, si la
imaginación es el hábitat natural de las grandes ideas –y de las utopías que no
pueden ser controladas por nada–, entonces esta imaginación debe conducir. Todo
límite debe estirarse adecuando la realidad a la imaginación, oportunamente
definida como libre y sin
cadenas. Que la realidad se ordene a la imaginación: ella tiene el poder. Pidamos lo imposible, pidamos lo
que no puede ser. La
imaginación manda, no la realidad, imaginación previamente diluida en el caos
de una interpretación sin hecho a interpretar (Nietzsche) y de un pensamiento
que ya no piensa el ser sino que se piensa a sí mismo.
Un intento de
clasificar los mensajes callejeros
Pasemos
ahora a una clasificación, sin duda preliminar, de estas consignas y pintadas.
La siguiente división no es excluyente: una misma consigna puede estar dentro
de varias clasificaciones.
CONSIGNA
- Dirigida:
1) a los propios; 2) a los ajenos
- Que
afirma un bien indiscutible
- Que
propone algo imposible
- Disyuntiva
- Ingeniosa
- Fuerte
- Nominal
- Combativa
- Testimonial
- Que
marca definiciones
- Categórica
- Victimista
- Agresiva
- Aritmética
- Humorística
- Eufónica
- Desafiante
- Contestataria
- Relacional
- Que
admite una lectura positiva
- Que
expresa una verdad para defender una mentira
- Planteada
favorablemente
- Que
se adjetiva negativamente a sí misma.
a.
Dirigida:
1) a los propios; 2) a los ajenos: si la consigna expresa ideas propias con lenguaje propio, se
desentiende del qué dirán adversario. Su fin es consolidar
el campo amigo. Por ejemplo: Filmus,
Tomada, Cristina a la rosada. La
palabra “Tomada” y “rosada” producen la rima correspondiente, dando mayor
atracción a la consigna y permitiendo cantarla. No está pensada para quienes no
sean kirchneristas, de forma tal que la consigna no expresa un qué. Declama, simplemente, sin
pretensiones de justificación alguna.
Otros ejemplos: Néstor vive ó Gracias Néstor, Fuerza Cristina. Esta última distingue muy bien: al
primero, se le agradece por todas las cosas buenas que habría hecho. Y se le
reclama “fuerza” a la segunda, porque “todavía tiene que seguir luchando”. Un
ejemplo de la izquierda no kirchnerista es: Mariano
Ferreyra presente. Juventud PTS. Entre
los grupos malvineros, por ejemplo, la consigna Malvinas Volveremos. Los grupos católicos han pintado
también Dios y Patria, Argentina Despierta.
El efecto de estas consignas es confirmar
a quienes ya están de acuerdo con las ideas implícitas del movimiento o del
partido político. No es, por tanto, una consigna que “salga a la caza” de
nuevas adhesiones.
Sería un grave error subestimar este tipo
de leyendas señalando la ausencia de una argumentación. Parezca lo que nos
parezca, estas expresiones son observadas varias veces a la semana por los que
viajamos por la ciudad, es decir, cada vez que ven las pintadas o graffitis:
todos los días. Son un recordatorio y una motivación. Es algo semejante a
lo que sucede con una propaganda de productos de limpieza: resulta
extremadamente aburrida para los varones, lo que no impide que interese a las
amas de casa. ¿No pasa lo mismo con infinidad de publicidades dirigidas a las
mujeres? Que nada diga al varón no significa que a nadie le llame la atención.
En cambio, estando la consigna dirigida al
adversario, la misma puede constituirse como un desafío o una réplica a
determinadas cuestiones, pendientes o actuales. Escribir: Yo tampoco soy neutral (como lo hicieron en algún momento
los kirchneristas), consolida
el campo propio, por supuesto, pero principalmente iba dirigida a los
opositores. Entre líneas, podemos leer este mensaje: “digan lo que quieran, yo
estoy con ella y no me importa quedar como ‘el que no es neutral’. Yo tomo
partido: Cristina”.
Cabe decir que en estas expresiones, el
kirchnerismo reflotó verdades que estaban algo olvidadas. Una de
esas verdades es que el hombre que no se compromete con nada es llamado,
eufemísticamente, neutral.
En efecto, existe cierta caracterización del “sabio” que lo presenta como un
hombre frío, aséptico, que se mantiene siempre al margen de las posiciones más
comprometidas. La consigna desafía esta idea y, a nuestro entender, en este
punto le cabe completa razón. Lo mismo respecto de Yo voto Alfonsín: “lo voto y no tengo problema, me
hago cargo”. Otro tanto la consigna kirchnerista En la vida hay que elegir.
Un análisis más profundo agregaría que en
la vida hay que elegir bien. Y que no es lo mismo elegir bien
que elegir mal: no tiene sentido alabar el mero acto de elegir. Y no tiene
sentido porque hacerlo implicaría alabar un acto por el solo hecho de que es un
acto. En fondo, indudablemente, hay cierto voluntarismo, según el cual el contenido de lo que se hace pasaría a no importar nada: “Hacé lo
que sientas. No importa qué. Lo que sí importa es que te comprometas con ello”.
La fortaleza sin justicia es palanca para
el mal, dice San Agustín.
b.
Que
afirma un bien indiscutible:
pensemos en la consigna del radicalismo para las elecciones de 1983, en las que
triunfó el extinto ex presidente Raúl Alfonsín. Somos la vida. ¿Quién podría estar en contra? El
poder de la consigna yace en la asociación implícita de ideas: si Alfonsín es
la vida, quienes se le opongan no pueden representar sino a la muerte.
Otro ejemplo –aunque no idéntico– es Todos los genocidas presos YA, consigna que suele aparecer
firmada por el Partido Comunista Revolucionario. Nuevamente, la consigna –como tal,
esto es, teóricamente– es irrefutable. Aquí, sin embargo, se dice una verdad
para defender una mentira (Ver U). De lo que se trata es, precisamente, –y esto
es un punto permanentemente eludido por la izquierda en este debate– de probar que los militares acusados de desaparición de personas sean
culpables del delito de "genocidio". Y la izquierda –evidenciando la
absoluta falta de escrúpulos a la hora de pisotear las garantías que dice
defender cuando los acusados son otros– da
por supuesto este punto
esencial y condena de antemano a los acusados.
A diferencia de otras consignas, cuya
perversión se encuentra en la elaboración conceptual misma, aquí puede
puntualizarse algo más. La catalogación de las Fuerzas Armadas como genocidas es una de las armas de la guerra
semántica desatada por las izquierdas en nuestro país. En lógica, este recurso
se conoce como “definición
persuasiva”. De ella se puede
decir lo que Nicolás Gómez Dávila decía de la democracia: los conceptos implicados en
la historia reciente de nuestra patria no tienen finalidad especulativa
alguna. Todas sus tesis son “argumentos de litigante” y no veredictos de juez.
c.
Que
propone lo imposible:
tanto momentánea como absolutamente imposible. Cuando la izquierda empezó a
pintar Cárcel para Pedraza, era evidente que el proceso
judicial estaba recién comenzando. El kirchnerismo, saliendo a pintar Cárcel para Magnetto, no desconoce, obviamente, que tal
cosa era imposible. Ellos saben que tales cosas no son factibles, al menos a
corto plazo. Lo mismo respecto de: Libertad
YA! A Romina Tejerina, retraso
que celebramos. Otro tanto
de Reforma del estatuto YA! Sin embargo, aunque las
condiciones para que estos objetivos se den estén lejanas, quienes formulan
tales consignas pretenden instalar
la idea de un reclamo por
ellas. Como un conjuro, la palabra precederá a la realidad.
d.
Disyuntiva: Cristina o nada, Filmus o la derecha,
Patria o FMI, Patria o Privatizadas. Estas dos últimas, además de ser
disyuntivas, merecen unas palabras extra, ya que en rigor expresan una verdad
para defender una mentira. Porque el kirchnerismo –que pintó estas consignas–
no representa la
Patria ni
ha sostenido una soberanía económica que entre en pugna con el FMI, como
tampoco ha dejado de favorecer negocios privados a expensas del bien común. Sin
embargo, en teoría, es completamente correcto sostener "Patria o FMI y
Privatizadas". También se pintó, en este sentido, consignas como Liberación o Dependencia, Patria o Buitres, con ocasión de la pugna judicial entre el Estado Argentino y los especuladores económicos internacionales. El ejemplo clásico de un graffiti disyuntivo fue el famosísimo "Braden o Perón", pintado en los años 40'.
e.
Ingeniosa: por ejemplo, Usá casco, que la educación se cae
a pedazos. La consigna se
mofa de la quienes conceden espacio en su discurso a temas considerados
secundarios --como la precaución de los motociclistas--, dando a entender que
se habla mucho de un tema de protección física del cráneo, mientras que la protección
intelectual de las cabezas de los chicos está absolutamente fuera de la agenda
política. En síntesis: “que la educación se vaya al demonio, pero eso sí: no te
lastimes la cabeza en la calle”.
La pintada Todo preso es político es otro botón de muestra, graffiti
que expresa una idea muy cara al anarquismo. Si el concepto de “preso político”
mentaba a aquella persona que padecía la prisión por haber hecho algo que no lo
merecía –pero manteniendo que había otros presos, no políticos, que
legítimamente estaban tras las rejas–, el anarquismo viene y sube la apuesta.
¿Cómo la sube? Diciendo que todo
preso está en estas
condiciones. De ahí que el anarquismo rechace la existencia misma de las
cárceles: para ellos, las cárceles no están mal. Son un mal.
En el mismo sentido el otro graffiti
anarquista: No al matrimonio, gay o no
gay. En la gran pugna entre
quienes defendimos el matrimonio “como Dios manda” y ese otro engendro
antinatural –que algunos insisten en llamar igualitario– ingresó
también el pensamiento anarquista. Pero no ingresó para ponerse del lado de
ninguno sino para patear el tablero: “No
queremos matrimonio. No se trata si es homosexual o no. No queremos ningún
compromiso, ninguna cadena que nos ate, ningún límite que nos coaccione.
Ustedes plantean una controversia falsa. Viven un espejismo”. Una nueva muestra
de esta incapacidad de sacrificio –elevada a la categoría de ideología–, pero
que por lo menos posee coherencia ideológica.
Otro ejemplo es la pintada anarquista
registrada por Tribunales, más precisamente en la chapa del negocio de Lavalle,
esquina Talcahuano: ¿Para
quién se hizo la cárcel? Si el rico nunca entra y el pobre nunca sale. Es un graffiti inteligente y
destapa una cuestión absolutamente verdadera: el hombre en mejores
posibilidades económicas está mucho menos expuesto a recibir la prisión que el
pobre.
Sin embargo, esta verdad es pervertida en
manos del anarquismo. Como muchas otras. Porque la verdadera conclusión que se
sigue es que la justicia debe ser imparcial y condenar a todos los culpables,
sean ricos o no. Mientras que los anarquistas –hombres de razonamiento pero
huérfanos de intuición– deducen algo completamente distinto: la abolición de
las cárceles. Pretenden tirar abajo las cárceles, a la vez que instalan la
sospecha de cierta premeditación en el sistema judicial: como si hubiese sido
“pensado” –desde el inicio– sólo para los desfavorecidos económicamente.
Postura insostenible –a pesar de que grandes corruptos eludan cómodamente el
castigo– pero que ante muchos ojos parece tener fundamento.
Hay un ejemplo, muy actual, que rebate
esta idea: el caso de Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI entre el
1/11/2007 hasta 19/5/2011. Un hombre poderoso, sin duda, que no ha podido tapar
las investigaciones en su contra.
f.
Fuerte: Dame una mano, dame la
otra, dame un gorila que lo hago pelota (1973), Ni
un paso atrás. El bando de
los rojos, en la
Guerra Civil Española,
pintó No pasarán. Y luego de la gran victoria
nacional de 1936 –la derrota más importante del Comunismo en el siglo XX–, los
católicos españoles –los nuestros– pintaron con orgullo: Pasamos.
g.
Nominal: pretende dar a conocer el propio nombre.
Marca territorio, es una pintada que simplemente registra la presencia.
Registra simplemente que, por allí, los militantes pasaron. Estuvieron. Están.
Se pinta JP Lanús, La Cámpora Palermo ,
MIR, Colectivo Político Ricardo Carpani, Las Rojas, JP Desca, etc., sin consigna que acompañe.
Pueden ser publicaciones también, como Lea
‘Hijos del Pueblo’, que
además de presentar el nombre, indica una acción.
h.
Combativa: mantienen la propia moral alta, como por
ejemplo la que pintó la izquierda en 1974, luego de Trelew. A un guerrillero no se lo llora, se
lo reemplaza. Luego llorarían
a sus guerrilleros (homicidas o cómplices, culpables materiales o partícipes
necesarios, desaparecidos o no desaparecidos), denominados eufemísticamente
como “jóvenes idealistas”. Actualmente, podemos leer por las calles de la
Avenida de
Mayo la consigna Por otros 10
años de Lucha. Juventud Guevarista.
i.
Testimonial: la
FEDE pintó en Tribunales 90 abriles haciendo la revolución. Aún sabiendo que se exponen la
crítica de venir luchando hace décadas sin conseguir sus fines, apelan al
testimonio. También la consigna Seguimos
luchando por el socialismo. En
ese Seguimos está implícita una gran cantidad de
connotaciones: “Seguimos, a pesar de lo que hay en contra. Seguimos, a pesar de
los que se fueron. Seguimos a pesar del paso del tiempo. Seguimos a pesar de
todo”.
j.
Que
marca definiciones: la consigna Kirchner+Macri= desfinancian la
educación es, en boca de la
izquierda no kirchnerista, el modo de plantar bandera ante dos tipos de
enemigos. El enemigo ideológico, Macri, y el enemigo que finge ser lo que no
es: Kirchner.
La izquierda anti K, desde hace muchos
años, está muy preocupada y trabaja mucho para no ser considerada sinónimo del
kirchnerismo: evidentemente, en muchos terrenos –sobre todo el cultural–, hay
sorprendentes coincidencias. La tesis de la izquierda anti K es la siguiente:
el kirchnerismo “utilizó” y “pervirtió” las banderas por las que ellos siempre
lucharon. En ese sentido, la izquierda anti K fue uno de los problemas más
serios del entonces oficialismo, porque representaba la dura e implacable
crítica ‘de los que podrían estar con nosotros’ pero 'no están'. En una
palabra: el palo desde el propio gallinero (Jorge Lanata es, en ése sentido,
uno de los referentes más importantes). Otro ejemplo es: El kapitalismo K mata. O, mejor aún: Kirchner-De la Rúa. La lucha continúa.
Otra consigna que marca distancia es Ni votos ni botas, propia del anarquismo. Expresa el
repudio tanto a la salida democrática como a las Fuerzas Armadas. En 1973,
antes de las elecciones, la
Juventud Peronista –que
pujaba por continuar las acciones terroristas y subversivas– pintó: Ni votos ni botas. Fusiles y pelotas.
Cuando
Perón llegó al poder, el gran demagogo les hizo llegar el mensaje de que ya
terminó la cosa: podían ser
guerrilleros cuando su acción desestabilizaba gobiernos "no
populares" (o sea, no peronistas).
Como es obvio, esto causó una enorme crisis interna entre peronistas de
izquierda. La gota que rebalsó el vaso fue el asesinato de José Ignacio Rucci,
el 25 de septiembre de 1973. En este contexto cobra sentido el graffiti.
k. Categórica:
La estructura de estas consignas es “Sin A no hay B”. Es una de las consignas
más fuertes, porque con muy pocas palabras introduce ideas-fuerza y
razonamiento. De por sí es muy expresiva. Ejemplos: Sin
López no hay DDHH, Sin clientes no hay trata, Sin justicia no habrá paz. Esta
última es claramente una velada amenaza: “hasta que no nos den justicia,
nosotros no les daremos tregua”. Desde otra posición doctrinaria, se ha pintado también: Sin familia no hay
patria, Sin familia no hay Nación.
l.
Victimista: aquellas que presentan determinados
personajes como perseguidos: Basta
de perseguir a Quebracho; 8000 procesados por luchar.
m.
Agresiva: atacan, simplemente. No poseen ninguna
justificación, son sólo dardos. Macri
fuera, Macri facho, Macri vago, Macri Gato, Macri asesino, Macri es un rufián.
Reflexioná tu voto, Fuera Policía Fuera, Clarín miente, ¿Sabés qué hacía Clarín
hace 35 años?, Cobos traidor saludos a Vandor.
Augusto Timoteo Vandor (a) El Lobo,
peronista desde los años 40, tenía una función clave en la
UOM (Unión
Obrera Metalúrgica). Fue asesinado en 1969, "acusado" de proponer un peronismo sin Perón.
Pintadas agresivas fueron también dirigidas a José Ignacio Rucci: Rucci traidor saludos a Vandor. Cuando Cobos votó contra el oficialismo en
el marco de la ley del campo, también fue agredido con la consigna: Cobos traidor saludos a Vandor.
n.
Aritmética: expresan asociaciones en términos
matemáticos, como Macri+Tinelli=
Videla. También: Clarín, Macri, Griesa = Fondos Buitre. Son burdas pero
favorecen una mentalidad de refrito ideológico.
o.
Humorística: Sonríe, Dior te ama; Mi amor, no puedo vivir sin voz.
(Pavarotti); El alcohol tiene hormonas femeninas, porque cuando
uno toma mucho maneja mal y habla estupideces;Me enferma la gente que no
da la cara. (Anónimo); Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo,
porque los pájaros no hablan; La única prueba de que los psicoanalistas están
más cuerdos que sus pacientes es que ellos son los que cobran; Se está muriendo
mucha gente que no se había muerto antes; Si Mahoma no va a la montaña, es que
le tira más la playa.
Otras son: Prefiero un mayo francés a un julio argentino. En el segundo caso, además de humor hay una preferencia y
una distancia que son propias de determinado pensamiento. El efecto favorable
del humor redunda en beneficio de esta postura. El ataque a la figura de Julio
A. Roca proviene de sectores indigenistas, no de los críticos del liberalismo.
Lo mismo la consigna: Ladrones abstenerse. El estado no admite competencia. Remite a esa idea anarquista de que el Estado es
ladrón por esencia.
p.
Eufónica: Son aquellas que suenan bien, ya porque
riman, ya porque juegan con términos antónimos. Ejemplos: Ni machos ni fachos. La diferencia es sólo de una
letra. Breve y concisa, recuerda aquella frase: El machismo es el fascismo de
entrecasa. La devaluación de
la palabra fascismo se utiliza para ensuciar al varón.
Otra: Soy
lesbiana porque me gusta y me da la gana. Expresa la falta de
necesidad de justificar el lesbianismo ante la sociedad. No se necesitan
“razones”: simplemente, lo
quiero.
Otra: Ni
a planchar, ni a lavar. A la calle a luchar, consigna
feminista. También la consigna Madres
de la Plaza ,
el pueblo las abraza, surgida
al calor de la investigación de los desfalcos de Hebe de Bonafini y Sergio
Schoklender. A esta consigna, la agrupación nacionalista Vanguardia respondió: Chorras de la plaza, el pueblo las
rechaza. También puede agregarse la consigna 2011-2001 ¡No se fue ninguno!
q.
Desafiante: cierta consigna pintada en la calles de
San Telmo reza Éramos chicas buenas. Ya no, acompañada de una imagen de dos
mujeres. ¿Qué nos dice?: “Tal vez, en el pasado, cuando aceptamos la educación
que uds. nos inculcaron, fuimos diferentes. Pero ya crecimos. Somos distintas.
Nos independizamos, nos liberamos de conceptos arcaicos y estrechos. Lo que
uds. denominaban chicas
buenas, éso, eso mismo, hemos
dejado de serlo. Ahora somos malas. Y repudiamos las categorías de
bondad y maldad con las que uds. nos criaron. ¿Tienen algún problema? No nos
importa”.
Otra consigna de este estilo es Los medios son de ustedes. Las paredes
son nuestras, la cual –a
decir verdad– es excelente. Imposible no pensar en la consigna de San Atanasio: Ellos tienen los templos, nosotros
la fe.
r.
Contestataria: la pintada No está bueno Buenos Aires, es la réplica a la consigna
macrista. Es un timbre de alerta para el PRO: “miren que uds. dijeron tal cosa.
Y la cosa no cambia. No lograron sus objetivos. Y nosotros se lo decimos”. Otro
ejemplo fue No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de
Evita y montoneros (en aquel entonces, la derecha peronista le endilgaba
a la izquierda que eran maricones y drogadictos. Hoy, el kirchnerismo –nieto de
aquella izquierda– defiende el seudo matrimonio entre homosexuales y la
despenalización de la marihuana).
También el oficialismo
elaboró –frente al Crispación, que calificaba a CFK como una
mujer crispada, nerviosa, intolerante– su Cris
Pasión, respuesta consistente
en afirmar que la energía que le reprochaban los opositores provenía de la
pasión con que “Ella” gobernaba.
s.
Relacional: por ejemplo, West es López Rega.
t.
Que
admite una lectura positiva: la pintada Si no te moves, no notás las
cadenas. La escriben los
anarquistas. Consigna: “Nacemos esclavos, encerrados en una prisión lo
suficientemente amplia si uno no la estudia pero lo suficientemente estrecha si
uno decide escarbar en su naturaleza. Los que no se mueven están cómodos pero
esclavos. Los que se mueven, comienzan a advertir que están maniatados”. Hace
recordar aquella frase de Quien
medita su prisión, de ella saldrá. La precitada consigna Los medios son de ustedes. Las
paredes son nuestras admite
también una lectura positiva.
u.
Que
expresa una verdad para defender una mentira: son las más peligrosas. En algunos casos
sirven para demostrar que algo es tan verdadero que hasta el enemigo lo ve. En
otros casos, la mayoría, son consignas que expresan verdades, dirigidas a un
público amplio. Pero que luego, a partir de las verdades, ese público es
introducido en cierta ideología disimulada por la propaganda.
Las consignas Ninguna mujer nace para puta ó Ningún pibe nace para chorro expresan dos verdades. Lo mismo la
consigna No quiero tu piropo.
Quiero tu respeto. Evidentemente,
las mujeres deben esperar del varón mucho más. El problema es que, una vez que
aquella mujer ingrese en “el corazón” de tales ideas, es sumergida en el odio a
la maternidad, a la femineidad, en la aversión del varón, etc. Se critica un
mal pero, a la par, se promueve otro.
Las Rojas promueven, entre otras, consignas como Desmantelamiento de las redes de
trata ya! Nuevamente, lo
criticable no es el objetivo propuesto sino el cosmos semántico que impulsa estas
propuestas. Esto es, lo que hay detrás o “por debajo” de estas ideas: el
aborto, el lesbianismo, la lucha de clases llevada al terreno sexual, etcétera.
Pensamos lo mismo respecto de Basta de gatillo fácil. Si por “gatillo fácil” entendemos
el abuso de poder por parte de la policía, ¿quién podría estar de acuerdo? Pero
suele denominarse “gatillo fácil” todo intercambio armado entre policías y
ladrones del que se desprenda la muerte de algún ladrón, sin esperar a
determinar qué ha ocurrido. La izquierda elabora esta estrategia no porque
condene la injusticia del policía que abusa de su autoridad; no porque
respetando la autoridad, deplore que la misma cometa excesos. Sino porque odia
la autoridad. Y porque odia la injusticia cuando afecta a los suyos,
practicando la injusticia cuando afecta a los enemigos. Es evidente que todo aquello que se quiere eliminar
queda –deliberadamente– entremezclado.
La consigna Ningún pibe nace chorro parece dirigida a las personas que
viven en “villas-miseria”, aunque a su vez es una respuesta a cierto
pensamiento muy chato según el cual “los hijos de los ladrones son ladrones”,
“a los negros hay que matarlos a todos” y un sinfín de imbecilidades. A este
mismo sector desfavorecido social y económicamente van dirigidas pintadas como Con el hambre no se jode, ó también: Con la comida no se jode.
Un caso semejante está dado por el Partido Comunista Revolucionario y su repertorio de consignas
antidemocráticas: Votar es
legitimar el sistema; No votes. Votá en blanco, anulá o ni vayas; No a la farsa
electoral. La pequeñez
liberal registra la coincidencia entre el planteo del nacionalismo católico y
los comunistas como una "prueba" de la tan agitada “igualdad de los
opuestos”, levantando así la bandera de que nacionalismo y marxismo son dos
caras de la misma moneda. No perderemos tiempo en refutar esta idiotez. El PCR
dice aquí grandes verdades.
Nosotros debemos tener en cuenta que las
dice a pesar de su ideología y no debido a su ideología. Lo que
coincide es el diagnóstico y no las causas o la fundamentación. Pero de todas
maneras, no deja de ser interesante este reconocimiento.
v.
Planteada
favorablemente: los piqueteros salen a pintar Basta de criminalizar la protesta
social, denominando “protesta
social” a la comisión de delitos. Y por otro, llaman a la acción de reprimir un
delito con el término “criminalizar”. En el mismo sentido están pensadas Protestar no es delito ó La protesta política no es delito, escondiendo inteligentemente el
verdadero quid de la cuestión: ¿cómo protestaron? ¿de qué forma? ¿Traspasando o
sin traspasar la ley? ¿Perjudicando o sin perjudicar a otros? ¿Proporcionada o
desproporcionadamente?
Su acción es tan indefendible que no queda
otro camino que cambiarle el nombre, para que no suene tan mal a los oídos de
las personas. La palabra
violada, diría Petit de Murat.
w.
Que
se adjetiva negativamente a sí misma: Son una variante del desafío y es el tipo de pintada inversa a
la que acabamos de ver. Expliquémosla con un ejemplo del siglo XIX.
La consigna unitaria y sarmientina Civilización o Barbarie fue tomada en broma por los
federales. Al asumirla frontalmente y sin reparos, la acusación quedaba
debilitada.
“¿Ustedes
–liberales, iluministas, unitarios, afrancesados– plantean que son la Civilización ?
¿Y nosotros, pobrecitos, seríamos los brutos,
bárbaros, subdesarrollados? Muy bien.
Ustedes, los Civilizados. Nosotros, la
Barbarie. Si ser civilizado es ser como ustedes, prefiero ser
un bárbaro. ¿Y qué?”.
Tal desafío dice más que mil palabras,
porque la respuesta más generalizada ante la disyuntiva Civilización o Barbarie suele ser –como es hoy, ante otras
disyuntivas– la debilidad. Rápidamente, como nadie quiere quedar como “el
bárbaro”, dirige todos sus esfuerzos a demostrar que no lo es. Los nervios lo pueden,
concentrándose en demostrar que es “tan ilustrado como cualquiera”, en una
actitud que acaba pagando tributo a las categorías mentales del enemigo. En
síntesis, y salvada la ignorancia, se trata de una vergonzosa genuflexión
espiritual.
Los federales, al contrario, se rieron de
esta disyuntiva, demostrando así una libertad de espíritu mayor. Esta libertad es la que sus
enemigos realmente temían. Porque
nuestros gauchos y sus caudillos no tenían el prurito de qué dirán. No los ataban los respetos
humanos.
Esta postura puede llevarse a cabo desde
lugares muy distintos. Por ejemplo, el kirchnerismo había largado una remera
con la consigna Yo también soy
de la mierda oficialista. En
los años 50, los antiperonistas utilizaron una foto trucada mostrando a Perón
junto al boxeador Archie Moore. Los defensores del gran demagogo pintaron
entonces: Puto o ladrón, lo
queremos a Perón. Algo
parecido a la pintada que circuló a posteriori del 14 de julio de 2010, día de
la aprobación del seudo matrimonio: Gracias
Cristina. Agrupación Putos Peronistas.
Montoneros también pintó, a fines de los 70, la
consigna Somos la rabia, sin importarle que fuese la
enfermedad que transmiten los perros.
Se trata entonces de subir la apuesta y demostrar que las adjetivaciones
del adversario no mellan el propio espíritu. Aunque toda “apropiación” tiene
sus límites. Por ejemplo, la palabra vida (asociada a los grupos en pro de la
protección del niño por nacer) ha conseguido frutos muy importantes: hasta el
punto que los abortistas dedican muchos de sus esfuerzos a
despegarse de la palabra “muerte”, con
la que directa o indirectamente son relacionados. Aquí tiene lugar el ejemplo
inverso de lo que venimos hablando.
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