miércoles, 24 de enero de 2018

Facundo Arana… ¿y ahora Araceli González? - El lobby feminista muestra nuevamente los dientes

Facundo Arana… ¿y ahora Araceli González?
El lobby feminista muestra nuevamente los dientes

Por Juan Carlos Monedero (h) y Fernando Rosales

Siempre sostuvimos que hasta de los peores personajes, si se los encauza, se puede obtener algo bueno. El mundo de la farándula se asocia a lo frívolo, a lo fugaz, pero de vez en cuando podemos hallar una pepita de oro en el medio del barro. Frases, gestos y actitudes que, con una buena dirección tal vez, pueden ser el primer paso hacia un ciudadano de bien. Y ahí la tenemos a Araceli González, conocida por… bueno, por algo debe ser conocida, por algo que en este preciso instante se nos estaría escapando. Parece que en una nota para el canal América dijo: “escuché que dijeron que soy feminista. No, no soy feminista, las respeto muchísimo, pero tengo un hijo varón hermoso, tengo un marido precioso y respeto mucho a los hombres también…”. Después dijo más cosas, pero esa es la parte que nos interesa.
La correspondiente respuesta de las infaltables feministas no se hizo esperar.
No importó que, en el resto de la nota, la actriz repitiese los lugares comunes de lo políticamente correcto, como la utilización de la palabra género para referirse a los sexos, el sufrimiento de las mujeres a lo largo de la historia, etc. Había que saltarle al cuello a Araceli y descalificarla. Pero reconozcamos que algo de razón tienen las feministas: que se deslice en los medios que no están interesadas en “un hijo varón” y “un marido”, que se insinúe que no respetan a los hombres, es imperdonable. Que alguien no suscriba siquiera un ápice de su relato ya es motivo suficiente de escándalo... porque quedan desenmascaradas. ¿Cómo pudiste, Araceli, hacer foco en éso? ¿Cómo pudiste asociar esas actitudes con el feminismo? Las feministas somos eso pero no queremos que al público se le revele la trama.
Las acciones de este “colectivo” –pensemos en los aquelarres en torno a Autoconvocadas, por ejemplo– reflejan aquello que el sentido común nos revelaba: las feministas odian al varón. Enhorabuena Araceli González que te diste cuenta.
Este verano nos trajo varias declaraciones sorpresivas, con su correspondiente griterío mediático; la de Facundo Arana, la de Tevez, y ahora ésta. Esperamos con ansias la que vendrá. Y dejemos escrito finalmente que nosotros hubiésemos ido más allá. Nosotros estamos en las antípodas del feminismo. Nosotros no las respetamos. Nosotros las encontramos ridículas. Pero, como todo no se puede de una, tomemos los dichos de la actriz como un principio de encauzamiento. ¡Festejemos eso!




viernes, 19 de enero de 2018

Tevez, ese maldito homofóbico - Por Fernando Rosales

Tevez, ese maldito homofóbico

Por Fernando Rosales
Con la colaboración de Juan Carlos Monedero (h)

“River Plate, que p… que sos”, “están saliendo con un chabón, son los de Tigre y los de Morón”, “Rojo p…, ohhhh, rojo p…, ya todos saben vos aguante no tenés”, “Ay cervecero, que p… que es tu hinchada¨; la lista podría ser infinita. Quien alguna vez fue a la cancha seguramente tildó a su rival de homosexual empedernido. Sería imposible hacerles caer todo el peso de la policía de lo políticamente correcto a cada uno de los que durante 90 minutos son Pavarotti en la tribuna. Por eso los bien pensantes de siempre buscan casos ejemplificadores que sirvan de escarmiento –de correctivo– la sociedad toda. ¡USTED NO PUEDE PENSAR ASÍ! ¿POR QUÉ? ¡PORQUE NOSOTROS LO DECIMOS!
Hoy el caso ejemplificador es Carlos Tevez. Resulta ser que el jugador de Boca Juniors, recientemente incorporado al club de la Ribera, osó decir en una entrevista: "A Lito yo lo llevo al barrio conmigo. Es chico todavía, pero... imaginate. La madre, los abuelos, el único varón. Si no lo llevo al barrio a que le den un par de cachetazos, está ahí de doblar la muñeca". ¡¿Cómo Tevez va a decir que no quiere que su hijo doble la muñeca?! Esta frase es un resabio del heteropatriarcado opresor, obviamente. ¡Tevez tiene que pagar! ¡Tevez tiene que ser castigado! ¡A la horca! Sin demora, con un apuro digno de mejor causa, la Federación LGBT –desde su Secretaria de deportes (¿?)– manifestó su repudio por los dichos del futbolista. Página/12 también se hizo eco desde su insobornable trinchera periodística.
Es probable que Carlitos, El apache, no sepa qué dice el Catecismo sobre la homosexualidad; es muy probable que no le importe mucho tampoco. Simplemente él habló desde la sensatez y la humildad de la persona impermeable a las ideologías deformadoras de la realidad, como la llamada perspectiva de género. Fuerte Apache no es la facultad de Filosofía y Letras con todos sus vendedores de pan relleno preocupados en salvar el mundo desde una óptica de género. Fuerte Apache tiene necesidades, y necesidades serias, como para andar discurriendo sobre la tasa de mortandad de los transexuales. A esto es impermeable Carlitos.
Tevez no quiere para su hijo lo que Gabriela Mansilla quería para el suyo, Manuel, quien a los 6 años fue sometido a un cambio de DNI, pasándose a llamar Luana, porque –según la madre– él se sentía princesa. Hoy, Gabriela es convocada desde diversos espacios de “formación” para dar cátedra sobre infancias transexuales, algo perfectamente normal, algo que sigue el protocolo de lo que debe ser un niño hoy, no esas aberraciones de jóvenes jugando a la pelota y recibiendo sopapos… ¡un horror! ¡Eso no!
Es probable que sobre el Apache hagan caer el poder coercitivo de un lobby siempre presto a perseguir a quienes alzan la voz para manifestar una herejía sobre los dogmas de la corrección política reinante. Ya lo hicieron el año pasado con Mónica Dinucci, embajadora en Islandia, quien se oponía a la adopción de menores por parte de parejas homosexuales. Es muy probable que en los próximos días –como ocurrió hace muy poco con Facundo Arana[1]–, luego de tanta presión mediática, Tevez salga a disculparse, a dar explicaciones, que intente matizar, bajar el tono, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que cuando habló desde el corazón, que como todo lo bueno está a la derecha, estaba materializando el siguiente pensamiento: “NO QUIERO QUE MI HIJO SEA P….”.






[1] Al respecto, cfr. http://apologetica-argentina.blogspot.com/2018/01/el-caso-arana-o-una-nueva-demostracion.html





jueves, 11 de enero de 2018

El caso Arana o una nueva demostración de los abortistas - Por Juan Carlos Monedero (h)

El caso Arana o una nueva demostración de los abortistas

Por Juan Carlos Monedero (h)


El año apenas está iniciado y no parece que se encuentre exento de polémicas. El lobby no descansa, ni siquiera en enero. Las recientes repercusiones de la todavía fresca disputa que –en este nuevo ring virtual que es Twitter– tuvo como protagonistas a Facundo Arana y Tomás Dente por un lado, y a Muriel Santa Ana y Malena Pichot por otro, no merecerían ningún comentario si no fuese por la entidad del tema tratado: la vida del niño por nacer. Es de celebrar que al menos por esta vez la farándula se agite por un asunto de mayor importancia que los comentarios de Moria en el Bailando.
Para quienes no estén al tanto de este cacareo virtual, a principios de mes, Facundo Arana –en una entrevista que le hicieron en Mar del Plata– expresó su alegría por el embarazo de Isabel Macedo, con quien mantuvo una relación de diez años. Luego de mostrar su felicidad por verla “realizada como madre”, la furia abortista no se hizo esperar. Llovieron comentarios, tuits, opiniones cruzadas, se armaron paneles y batallas campales en los medios de comunicación: en un abrir y cerrar de ojos, Arana dejó de ser un conocido actor para convertirse el victimario de los derechos de las mujeres. El Enemigo del Pueblo, diría Ibsen. Y todo porque dijo algo que las innumerables fauces pro aborto se esfuerzan en sepultar: hay mujeres que se realizan cuando alumbran el milagro de cobijar vida.
Todo empezó cuando la actriz Muriel Santa Ana –afectada por el enfermizo hábito de retorcer y de volver odiosas las cosas buenas– respondió al galán de telenovelas: “Le pregunto a Facundo Arana qué piensa de las mujeres que no tienen útero. ¿Qué son para él? ¿Seres humanos imposibilitados de realizarse?”. En otro tuit fue aún más lejos: “aborté a los 24 años estando en pareja porque no quería ser madre”.
Lo primero que hay que notar es cómo se cambió el eje de la discusión: el escándalo es la frase de Arana, y no la patética confesión de la intérprete. De manera inesperada, Tomás Dente –panelista de Intratables, abiertamente homosexual– le salió al cruce a Muriel Santa Ana, mencionando la palabra justa: asesinato. La Policía del Pensamiento no se hizo esperar. El aluvión de críticas fue notable, encabezado por la reconocida activista de los “derechos de la mujer” Malena Pichot, quien el año pasado alentó a quemar la Catedral de Resistencia en el marco del ya conocido Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas.
El episodio de este enero cuenta con varias aristas. Para empezar, se trata de una pugna bastante desigual: una batería de perros rabiosos –comunicadores sociales, artistas, actores y periodistas– sumaron intempestivas críticas que no sólo alcanzaron a los comentarios. Los blancos fueron los mismos Arana y Dente, absolutamente despersonalizados: dos miserables a quienes no se podía –no se debía– conceder ni un vaso de agua, y respecto de los cuales valía todo. Un establishment culturoso, de inequívoca matriz progresista, les estaba mostrando los dientes, al mismo tiempo que los insultaba y descalificaba como impotentes mentales: “basura de mierda”, “me das asco”, “pelotudo” fue la dedicatoria de Pichot para con Dente. “Estamos hartos de ustedes, los falocéntricos”, lanzó por su parte Muriel Santa Ana. Y no se privó de agregar: “en mi familia me enseñaron el principio de igualdad y libertad (…). Cristianismo, hipocresía, idea de clase y racismo, no me enseñaron. Lo siento”.
A los dos días, Arana intentó bajar el tono, disculpándose por haber dicho lo que pensaba e incluso lo que sentía desde el corazón. Abortistas Uno, Arana Cero. Aunque su pedido de disculpas, para quien lo sepa leer, esconde una sutil ironía[1].
Por otra parte, ni la condición de homosexual salvó a Tomás Dente del aprieto: recibió una paliza mediática por llamar a las cosas por su nombre; lo accidental es el comportamiento sexual de Dente –o su valoración positiva de Ni Una Menos–, lo esencial es que haya dicho “El Rey está desnudo” recibiendo los hipócritas bastonazos de quienes reprobaban su calificación al mismo tiempo que eludieron pronunciarse sobre el tema de fondo: Si hay vida humana en el vientre materno, el que la elimina es un asesino. Guste a quien guste y caiga quien caiga.
El año se abrió con estos dos claros ejemplos de Corrección Política, estas demostraciones de fuerza del lobby abortista, cuya naturaleza se comprende a la luz de otros casos anteriores, no tan lejanos en el tiempo. Todavía tenemos fresco el episodio de la psicóloga María Belén Catalano, quien recibió numerosas críticas por haber informado a una menor los efectos del aborto –que estaba a punto de realizarse– logrando revertir su decisión[2]. En ambos casos, se logró invertir el centro de la cuestión. Con habilidades dignas de un sofista, prácticamente todos criticaron a Facundo Arana mientras elogiaban a la actriz que había matado a su hijo. De la misma manera que, hace algunos meses, no se hizo foco en el posible asesinato de un niño –que se evitó por poco– sino en la intervención de una profesional, que habría “pisoteado” el derecho incuestionable de quitarle la vida a un hijo por el hecho de llevarlo en el propio vientre.
¿Cómo no advertir que los mismos que se rasgan las vestiduras por una frase en una entrevista de Arana o por la acusación de Dente guardan un calculado silencio ante otras expresiones? Hace un año, el conocido periodista Ernesto Tenembaum restó importancia al consumo de pornografía infantil, con el argumento de que verla no constituye un delito tipificado[3]. Y en vísperas de Autoconvocadas 2017, como ya referimos, la Pichot se despachó con su propuesta de incendiar la Catedral, “símbolo del mal”, según sus propias y elocuentes palabras[4]. Pero no hubo una Cruzada Mediática contra ninguno de los dos. ¿Estarían descansando los eternos profesorcitos de la Corrección Política? ¿O quizás cabría aplicar para este caso el conocido dicho de “El que calla, otorga”?
No deja de llamar la atención el tratamiento que los diarios de mayor circulación del país –La Nación y Clarín– dieron al tema. Como siempre, los hijos de Bartolomé Mitre la jugaron de equilibrados, mientras que el diario de los argentinos mostró su desgastada carta de transgresor. Así, en La Nación se pudo leer que “el derecho al aborto sigue siendo un tema que divide las aguas y que merece ser discutido y tratado en profundidad” [5], posando una vez más de mesurados. Clarín, al menos, apoyando enérgicamente a la filicida Santa Ana, no caerá en el dantesco círculo reservado a los que en épocas de crisis moral, mantuvieron la neutralidad.
Pero nosotros no queremos mantener la neutralidad. Queremos seguir llamando a las cosas por su nombre. Y por eso no nos podemos, ni queremos, mantener callados. Lo que nos lleva a desenvainar la espada de la palabra para intentar poner luz donde haya confusión, claridad donde reina el equívoco y valentía donde la genuflexión para con los poderosos es la regla. Somos conscientes de que una de las principales razones del avance de prácticas criminales –como el aborto– es la inacción de los que piensan diferente pero callan o realizan acciones inconducentes. Se trata sin duda de una lucha política, pero también cultural, ideológica y espiritual. Y por eso debe ser librada con todas las potencias del alma, atendiendo al objetivo perseguido por estos “formadores de opinión”: disciplinar el pensamiento y la palabra a través de demostraciones de fuerza. Porque a estos comunicadores no les interesa tener razón, les interesa demostrar poder, pretendiendo amedrentar a todo aquel que ose discutir sus dogmas.
Frente a este despotismo mediático, resistir no es sólo una obligación del que conoce la verdad sino un acto de soberanía intelectual. Nos quieren obligar a que no digamos ni pensemos lo que sabemos que es correcto. Lo que deja la decisión en nuestras manos: ¿tomaremos el camino de ser valientes y de decir que las cosas son lo que son? ¿Leones o corderos? ¿Esbirros de lo políticamente correcto o testigos intrépidos de la Verdad? Nuevamente, los argentinos nos vemos situados ante este dilema.




[1] “Me disculpo por decir que una mujer se realiza con la maternidad o por encontrar al amor de su vida”.
[2] Cfr. http://www.notivida.org/boletines/1043_.html
[3] Cfr. http://www.bigbangnews.com/farandula/Tenembaum-y-sus-dudas-sobre-la-pornografia-infantil-20160104-0005.html
[4] Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=44bAOs-vryo
[5] Cfr. http://www.lanacion.com.ar/2098195-varios-famosos-respaldaron-a-muriel-santa-ana-luego-de-haber-contado-que-se-realizo-un-aborto