viernes, 21 de septiembre de 2018

Sigamos usando el pañuelo celeste - Por Francisco Llambías


Sigamos usando el pañuelo celeste

Por Francisco Llambías

El pañuelo celeste es el símbolo exterior que nos representa como defensores de las dos vidas.
Es el instrumento del que nos valemos para hacernos visibles, para decir como argentinos que nos oponemos a la cultura de la muerte y al descarte de los más vulnerables: los niños por nacer.
Es la forma mediante la cual podemos expresar que realmente nos importa la vida de las mujeres: de todas ellas, de las que están por nacer dentro del seno materno y de las que se encuentran en dificultades para llevar a término su embarazo.
Nos une, nos da fuerza, energías, nos revitaliza.
Es el medio por el cual el gigante dormido –el pueblo argentino que ama la vida– se despertó y le mostró a nuestros gobernantes –y al mundo entero– que somos más los que rechazamos el aborto.
Lo dicho hasta aquí no es palabrería ni análisis abstracto sino todo lo contrario.
Permítaseme en este punto relatar un hecho personal. En mi lugar de trabajo, viví la siguiente experiencia. El pasado viernes 31/08/18, a las 14.10 hs., caminaba por uno de los pasillos cuando una mujer sobreexaltada –a quién desconocía– me frenó y preguntó:

–¿Dónde puedo conseguir uno?
¿Te referís al pañuelo celeste que tengo en mi mochila?
Sí, ese, ¡quiero un pañuelo celeste por favor!
Te lo consigo sin problemas, para el lunes próximo lo tenés.
Gracias, ¡cada vez somos más!



Acababa de conocer a Ana y ya me estaba dando un fuerte abrazo: nos unía la misma causa. Claro, su alegría era inmensa: acababa de encontrar la forma concreta de decirle a todo aquel con el que se cruzara de ahora en más que ella era pro vida, que quiere que se salven los dos.
Son repetidas las ocasiones en las que un “celeste” se sonríe cuando ve transitar a otro de su mismo color. Es que significa mucho más que un pañuelo y un color: se trata de compartir una misma causa esencial. Por lo expuesto, invito al lector a seguir usando el pañuelo celeste y a llevar consigo el mensaje pro vida a todas partes.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Aborto ¿no punible? en San Juan - Crónica de un asesinato


Aborto ¿no punible? en San Juan

Crónica de un asesinato

Por Juan Carlos Monedero (h)

Los hechos
        
Pisando la medianoche del 25 de agosto, las paredes del Hospital Rawson en San Juan, capital, escucharon un clamor femenino. “Ayudame, ayudame” decía angustiada una adolescente al personal del hospital, minutos antes de que otra mujer se interpusiese entre ellas, llevándosela del lugar sin dar ninguna explicación. La pobre chica, por ser menor de edad, no tiene nombre en este artículo. Sí tiene nombre la directora del Hospital: Beatriz Salanitro. Otro de los responsables del hospital es el Dr. Armando Rosales. La adolescente estaba internada, cursando un embarazo de 11 semanas.
Como en una historia de terror, por un lado, y al mejor estilo de las conspiraciones, Salanitro ya había decidido que un inocente debía morir ¿para congraciarse con quién? ¿Con algún poder o entidad? Lo que se sabe es que puenteó a toda una serie de autoridades del propio hospital –médicos fieles al Juramento Hipocrático– para valerse de la Dra. Victoria Carcelero, médica de Guardia, recientemente ingresada en abril de este año. Según algunas publicaciones digitales[1], otra de las implicadas fue Sonia Molina, Jefa de Fertilidad. Por lo menos de día.
El 25 de agosto fue una jornada intensa para todos pero especialmente para la directora Beatriz Salanitro, quien –vía telefónica– tomó decisiones a lo largo de todo el día, en completo silencio y sin informar claramente al resto de los profesionales. Modus operandi totalmente fuera de lo habitual.
Carcelero, impulsada por Salanitro y a espaldas del Dr. Antequeda (Ginecólogo, residente superior y de mayor antigüedad) como así de todo el personal (enfermeras, pediatras, médicos), urdió este aborto. Los intentos comenzaron el día miércoles 22 por la noche, cuando la adolescente fue internada. Su situación era gris, dado que la joven, por tener 14 años, correspondía ser internada en el sector de Pediatría. Por estar embarazada, en cambio, en Ginecología.
Ahora bien, ¿cómo realizar un aborto en la provincia donde una cantidad extraordinaria de gente, autoridades políticas y médicos ya se habían pronunciado en contra? Las acciones inicuas necesitan cobertura. La directora hizo circular a través de Carcelero la versión de que la niña padecía un sangrado (aborto espontáneo en curso), indicando el procedimiento corriente para estos casos. Esto es, un legrado.
En el legrado se extrae el feto, ya muerto como consecuencia de un aborto espontáneo.
El encargado de Guardia del Servicio de Ginecología de ese día, Federico Antequeda, era el destinatario natural de la adolescente. Por tanto, tenía la obligación de corroborar el diagnóstico comunicado a las 22:30 del sábado (esto es, el sangrado). Grande fue su sorpresa cuando el ecógrafo desmintió la versión de Salanitro: el bebé se encontraba en perfecto estado.
La joven no estaba sufriendo un aborto espontáneo en curso.



A estas alturas, algo andaba mal. No era un detalle menor que la decisión de practicarle un legrado fuese comunicada al encargado de Guardia por Carcelero, de menor cargo que él. Lo habitual es que el superior inmediato comunique ese tipo de prácticas. Según fuentes internas del establecimiento, tampoco era lo regular que la directora del hospital llame personalmente a una profesional, en este caso Carcelero, para expresar ese tipo de notificaciones.
La ecografía fue realizada delante de varios testigos, incluido personal del hospital. Estos testigos pueden dar fe de que el bebé estaba vivo. Eran las 23:10.
Sin embargo, la mano negra no estaba dispuesta a perder la posibilidad de sentirse una suerte de dios, pequeño emperador de la vida y de la muerte. Porque hay algo de oscura omnipotencia en el aborto. Y entonces, a la acción de los responsables del hospital, se le sumó la intervención de los ayudantes de Flagrancia. Estos señoritos largaron su discurso: “Es un caso del art. 86, inciso 2”, dando a entender claramente de que se estaba por realizar –según ellos– un aborto no punible.
La situación se estaba desmadrando y Salanitro no quería dejar pasar más tiempo. Este aborto no se le podía escapar de las manos. La mano negra jugó su última carta: el cordón policial. A las 23:30 hs., una fila de uniformados se interpuso entre la entrada del hospital y los amigos provida –que se habían apersonado para ofrecer ayuda a la madre y así salvar la vida del infante inocente–, impidiendo el acceso al establecimiento. Forzaron a los nuestros a retirarse del Rawson, se cerraron los quirófanos, se prohibió la entrada a los profesionales Antequeda y al Dr. Máximo López. “El desalojo es una orden de la directora Salanitro”, explicó la policía a los oyentes. A la misma hora, en otro lugar, nuestra adolescente clamaba “Ayudame, Ayudame”, mientras dos autoridades del hospital se la llevaban, tal como relatamos al inicio de esta crónica.
A las 23:45, la pobre chica ingresa al quirófano, cuya puerta estaba bloqueada por un guardia de seguridad que impedía el acceso. Antequeda nunca pudo ni valorar ni realizar el control de esa joven a la que se le practicó el aborto. No se le dejó entrar pero sí se dejó pasar a Carcelero. “Antequeda no pasa. Usted no está habilitado. Solamente Carcelero”.
Intervino también el Jefe de Clínica Obstétrica, quien solicitó información y le fue negada. Más aún: ¡el mismo Jefe de Clínica fue desalojado! Cuestionó enérgicamente: ¿Quién da la orden? La respuesta no se hizo esperar: “La Dra. Salanitro”.
Todos los médicos y profesionales de la salud fueron excluidos de los quirófanos próximos.
¿Qué estarían haciendo ahí dentro?, se preguntaban algunos. ¿Y por qué no lo podían decir?, pensaron otros. ¿Por qué la versión de Flagrancia contradecía la explicación de Salanitro?
Mutismo sombrío. Sólo la voluntad de almas hambrientas de odio, sedientas por beber la copa de sangre inocente.
Las fuerzas de seguridad –protectoras de la vida de los argentinos–  estaban siendo manipuladas para garantizar el asesinato de un argentino. Los hicieron cómplices a todos.
La muerte del bebé tiene sus autores intelectuales y sus ejecutores materiales. Según cuenta el Dr. Roberto Castellano, hay dos nombres más en esta trama macabra. Uno, el de Sonia Molina, Jefa de Fertilidad de día y Mercenaria por la noche. El otro, el de la ginecóloga Carolina Maturano, quien ha sido confundida con otra especialista del área de Cardiología con quien comparte el mismo nombre. Molina, Maturano y Carcelero fueron la mano derecha de Salanitro. El Dr. Armando Rosales, como relatan varios testigos, se mostraba al lado de Salanitro, aparentando conocimiento y consentimiento de los actos de la directora del hospital. El resto del establecimiento, por entero, se manifestó en contra tan pronto conoció el resultado, cosa que nunca fue revelada manifiestamente. Todo turbio, todo en la oscuridad.
No es el momento de desenmascarar la mentira en torno a la discusión sobre el aborto no punible en la Argentina; simplemente remitimos a los interesados a otros trabajos realizados al respecto[2]. Pero digamos, en honor a la verdad, que esta adolescente no es discapacitada. Se dijo que la menor tiene “un retraso madurativo” aunque, en realidad, lo cierto es que su madre no la escolarizado. No figura en el registro de Incapaces de la ANSES y, por otra parte, existen testigos de que la adolescente quería tener el bebé.
Hay evidencia de que la adolescente no sólo fue presionada a abortar sino de que se la bajó a quirófano (“ecografía”, según Salanitro, a fin de no levantar sospechas) a las 17 hs., mientras que el pedido de valoración quirúrgica fue realizado después de las 18. A partir de ahí, debían esperar seis horas para practicarle un aborto. El niño no tenía más que seis horas de vida, estaba sentenciado a muerte. Los asesinos estaban tan apurados por matar que primero hicieron bajar a la pobre criatura de 14 años y luego se fijaron si estaba lista. ¿Cuánta preocupación por la vida de la chica, verdad? El aborto, sin embargo, ya estaba públicamente anunciado por el Ministerio de Salud Pública para las cinco de la tarde. No les importó la voluntad y la salud de la madre. Y tampoco hay registro en la Historia Clínica de la práctica de aborto, que se realizó unas seis horas después, cerca de la medianoche.
El encargado de Guardia del Servicio de Ginecología está dispuesto a declarar, y se ha presentado a título personal como demandante. Cinco profesionales del hospital aparecen en la demanda, y también están dispuestos a testimoniar ante el juez. Se peticionó que sean llamados a declarar Victoria Carcelero, Beatriz Salanitro y Armando Rosales. Dos personas que no trabajan en el Rawson vinieron a practicar el aborto.
Aún no sabemos cómo terminará el caso.
Difundí, alertá, denunciá, demandá, colaborá.



[1] http://www.laincorruptible.com/2018/08/27/indignante-las-autoridades-autorizaron-un-aborto-en-el-hospital-rawson/
[2] https://apologetica-argentina.blogspot.com/2018/06/el-fallo-fal-y-el-aborto-una.html

lunes, 10 de septiembre de 2018

El fallo F.AL.: la Corte Suprema contra la Corte Suprema - Por Juan Carlos Monedero (h)


El fallo F.AL.: la Corte Suprema

contra la Corte Suprema



Fallo F.A.L. (2012)

–La Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció como principio que el aborto por mera declaración jurada, en el caso de una mujer violada, podía realizarse.
–Se trató de un fallo en abstracto, porque el niño ya había sido asesinado en el marco de un aborto no punible en la provincia de Chubut.
–Entre los argumentos utilizados, se sostuvo que el derecho a la vida desde la concepción no tiene rango constitucional.
–Se propició el surgimiento de sangrientos protocolos de aborto para mujeres violadas en todo el país, abriendo una auténtica caja de Pandora.
–En concreto, la Corte habilitó a que los agentes del Estado dieran muerte a un bebé.


Fallo Sánchez (2007)

–Apenas cinco años antes, la Corte Suprema (con la misma conformación de jueces) debió resolver la petición de la familia de Elvira Berta Sánchez.
–Esta familia solicitaba una doble indemnización dado que, según ellos, Elvira Berta Sánchez estaba embarazada cuando fue desaparecida por el Gobierno Militar.
–La Corte hizo lugar al reclamo, argumentando que la vida del niño por nacer contaba con la protección del Estado dado que el derecho a la vida tenía rango constitucional.

Conclusiones

–F.A.L. habilita a los agentes del Estado y a los médicos de cualquier clínica o establecimiento para matar a un bebé; mientras que el fallo Sánchez otorga una doble indemnización precisamente porque los agentes del Estado habrían segado la vida de otro bebé.
–¿No es paradójico que la Corte Suprema de la Nación esté obrando contra sí misma? ¿Por qué la vida tiene protección en un caso y en otro no? ¿Por qué un determinado niño debe ser protegido mientras otro queda completamente indefenso? ¿Por qué algunos niños valen y otros son descartables? ¿Por qué, para la Corte Suprema de Justicia de nuestro país, hay niños que no valen nada?

viernes, 7 de septiembre de 2018

Atacaron la parroquia de San Isidro Labrador (Puente Saavedra) - Por Juan Carlos Monedero (h)


Atacaron la parroquia de San Isidro Labrador
(Puente Saavedra)

Por Juan Carlos Monedero (h)

07/09/2018

Al alba, los transeúntes del barrio de Saavedra fueron sorprendidos al reconocer que la querida parroquia de San Isidro Labrador –ubicada sobre la calle homónima, al 4630– había sufrido el vandalismo de los anarquistas. Es el templo donde descansan los restos de Mons. González, quien fuera párroco durante más de 40 años.


No es casual que los anarquistas estén furiosos y ataquen un templo católico. Desde siempre, hicieron el escarnio de las palabras Dios, Patria, Familia, consideradas como superestructuras de dominación. En efecto, con una mirada que volvía sucias las cosas más bellas, la filosofía anarquista no dejó de proclamar la caducidad de esas importantes causas que configuran el ADN de todo argentino decente, y derramaron sobre ellas el veneno de su crítica.


Siguiendo la consigna nihilista de que “Todo lo que existe merece perecer”, los anarquistas redoblaron sus fuerzas y atacaron en las últimas horas la entrañable parroquia de San Isidro Labrador. No pueden proponer nada pero quieren acabar con todo.

Estas provocaciones, sin embargo, no lograrán llenar de tristeza el corazón de ningún fiel. La Iglesia Católica es atacada porque molesta, y molesta porque existe. Está ahí, no es una presencia decorativa ni anecdótica. Se equivocaría quien viese en estos ataques una acción contra la libertad religiosa, se trata de una acción contra la fe, contra los símbolos públicos de la fe. Afortunadamente, mañana 8 de septiembre –en Buenos Aires y en distintas partes del país, tales como San Luis, Corrientes, Neuquén, Mar del Plata, Santiago del Estero, Paraná, La Plata, San Juan. En Misiones, las ciudades de Oberá, Colonia Alberdi, Eldorado, Posadas, General Alvear, San Rafael, Malargüe y Mendoza capital, Tucumán, Catamarca, entre otros– numerosos grupos de católicos se apersonarán en diferentes puntos para DAR TESTIMONIO PÚBLICO DE LA FE, en una iniciativa inspirada por la “Coalición Argentina Fidelidad Católica”. Precisamente, acciones vandálicas como esta –y muchas otras que se vienen dando– motivaron este acto de testimonio. Esperamos vernos todos, e invitamos especialmente a los fieles de la Parroquia San Isidro Labrador.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Lo que ningún padre puede desconocer sobre Educación Sexual y Aborto - Por Juan Carlos Monedero (h)


Lo que ningún padre puede desconocer sobre Educación Sexual y Aborto

Por Juan Carlos Monedero (h)



            Uruguay, Brasil y Estados Unidos son tres países muy distintos entre sí pero tienen algo en común. En todos ellos, titulares de organismos y entidades internacionales han intentado promover el aborto, de modo que la experiencia de esas naciones puede serle muy útil a los padres argentinos, ahora que el Estado quiere intervenir en los colegios promoviendo la asignatura de Educación Sexual, teñida como no puede ser de otra manera por la ideología de género.
        Lo primero que hay que entender es que –como lo prueba lo ocurrido en otros países– el objetivo es reducir la población. Todas las maniobras se ordenan a impedir los nacimientos; ese es el hilo conductor de estas medidas.
Para obtener este fin, primero se tuvo que formar a la gente durante décadas en torno a conceptos tales como “la amenaza del rápido crecimiento demográfico”. Se trató de un concepto impulsado desde usinas internacionales, que contó con el apoyo de muchos alfiles. En la Argentina, por ejemplo, el comediante Quino visibilizaba estos contenidos desde la inocencia de Mafalda, esa niña con ideas y preocupaciones tan precoces. Se hablaba así de la amenaza demográfica, acostumbrando el oído de la gente y preparando el terreno para el uso de los anticonceptivos. Numerosos simposios y revistas no dejaban de pronunciar, oportuna e inoportunamente, términos tales como “las importantes cuestiones demográficas” implicadas en el incontrolable y “peligroso” ritmo de los nacimientos. Los años 60’ y 70’ fueron testigos de continuas alertas mediáticas sobre “la enfermedad mundial de la explosión poblacional”.
De esta manera, prácticas tales como la anticoncepción, la esterilización y el aborto dejaban de parecer extrañas, ilícitas o ilegítimas. Se buscó presentarlas como medidas para la supervivencia del planeta.
La cruzada por la “reducción de la población” –eufemismo de eliminación de personas– obtuvo un apoyo decisivo con la entrada del Tío Sam en el ring, motivado por la prédica de John Rockefeller III. A través de su influencia en diputados y senadores, Rockefeller determinó que los Estados Unidos tomaran el crecimiento demográfico mundial –una amenaza que hoy sabemos inexistente– como un “problema” de seguridad nacional. Es decir, se construyó –nunca mejor usada la palabra– un discurso intelectual que justificara racional y moralmente que los Estados Unidos promoviesen estas políticas en otras partes del mundo. Por supuesto que la administración estadounidense experimentó transformaciones en cuanto a su posición respecto del aborto: no ha sido homogénea a lo largo del tiempo. Sin embargo, el impulso que en su momento se le dio a esta causa dejó huellas profundas, generando apoyos, alianzas y sociedades organizadas en todo el globo.
Todo padre argentino debe saber que asignaturas tales como Educación Sexual tienen, en todas partes del mundo, contenidos previstos en esta línea. La idea es procurar y fomentar la restricción de los nacimientos, bajo el pretexto de eliminar el embarazo adolescente o no deseado. ¿Extraña que sean los mismos que fomentan una iniciación sexual cada vez más temprana o incluso una erotización de la niñez?



La reducción de la población tiene básicamente dos caras: 1) Se impide la concepción de los seres humanos; 2) Se los elimina antes del nacimiento. Más que esto no hay, por eso es que los organismos internacionales están muy interesados en controlar y determinar el significado que el sexo y las relaciones sexuales tienen para las personas. En una palabra: si ellos determinan el papel de la sexualidad en una sociedad, el valor de los hijos, el sentido de lo que es la familia, la importancia del matrimonio, tienen la batalla ganada. De ahí que en tantas publicidades, series, películas, comics, novelas, se introduzcan comentarios donde los personajes se burlan de las familias numerosas (recuerden cómo se atacó a Maru Botana, por ejemplo), o donde se rebaja la dignidad de matrimonio; de ahí que se promueva el divorcio, como también personajes visiblemente homosexuales.
Aprovechando que las personas naturalmente creen que las palabras significan las cosas que se pronuncian, fueron acuñados una serie de vocablos para lograr este objetivo. Así, el lobby pretende difundir las palabras derechos reproductivos mientras promueven lo contrario a la reproducción. Derechos sexuales pero reducen el sexo a la genitalidad, omitiendo sus consideraciones afectivas y psicológicas. En Brasil, surgieron con apoyo gubernamental tanto una Comisión de Ciudadanía y Reproducción como una Secretaría de Políticas para las Mujeres: ambas entidades promovían el exterminio de los ciudadanos, obstaculizando por supuesto la reproducción. Todo esto sin contar los daños secundarios que las madres tienen como consecuencia de la práctica (legal o ilegal). En Uruguay, distintos estamentos del gobierno promovieron en su momento unas Iniciativas Sanitarias que incluían entre sus servicios al aborto, como si matar un niño fuese una práctica de salud.
La OMS, por su lado, agregó la contraconcepción de emergencia –esto es, la píldora del día después– a la lista de “Medicamentos Esenciales”, pretendiendo rociarla con terminología médica. Una estrategia que por lo menos lleva medio siglo, cuando el precitado Rockefeller fundó en 1952 el Consejo Poblacional (Population Council), irónicamente destinado a reprimir el crecimiento de la población.
Se trata, en definitiva, de una GUERRA SEMÁNTICA: por todas partes la verdad, la justicia y el bien común de las naciones se ven asediados por auténticos guerrilleros del lenguaje. En la Argentina, en estos días la Educación Sexual está siendo discutida por los integrantes de las comisiones de Educación, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Todas palabras muy bonitas pero cuyo destino es ser bastardeadas tan pronto como niños de 9 años sean incitados a toquetearse entre sí, explorando posibilidades de masturbación. En definitiva, se convertirá a los pequeños en fáciles víctimas del abuso sexual infantil. Dios no perdonará ni a los corruptores de menores ni a los guerrilleros verbales.
Las personas que estarán a cargo de las asignaturas de Educación Sexual son así. No olvide, estimado padre de familia, que el aborto y la Educación Sexual son herramientas; pero las herramientas nada pueden si no son manejadas por gente de carne y hueso, con nombre y apellido. Detrás de los instrumentos, están personas tales como Romina del Pla, Silvia Lospennato, Carla Carrizo, José Riccardo, Alejandra Martínez y otros. Y detrás de ellos, los titulares de entidades internacionales, apoyándolos directa o implícitamente, con el objetivo fijo restringir la población (impidiendo que sea concebida o eliminándola). O sea, matando gente.
Padres de familias argentinas: no se olviden que los mismos que quisieron que sea legal matar a sus hijos les quieren decir a ustedes cómo deben educar a los suyos.
¿Van a quedarse de brazos cruzados?