Ciencia y fe. Debates pendientes
Carta de Lectores enviada
al diario La Nación
* * *
El día de ayer, se publicó un artículo
acerca de temas vinculados a la ciencia, la filosofía y la fe. Como egresado de
una universidad católica, cuya tesis se basó en estos temas, me sentí impulsado
a escribir. Sin meterme en el área jurídica, deseo puntualizar:
1) Lo que actualmente se entiende por
teoría de la evolución es una reformulación de la teoría ideada por Darwin en
el siglo XIX, luego de que las leyes mendelianas obligaran a los darwinistas a
resignificar su explicación;
2) En el cap. VI de “El Origen de las
Especies”, el mismo autor indica la ausencia de evidencia paleontológica como
argumento contrario a su propia teoría;
3) Las semejanzas entre los seres vivos
no son prueba concluyente de la teoría (excepto si suponemos precisamente lo
que queremos probar): el hecho de que todos los organismos posean ácidos
nucleicos (ADN, ARN) puede ser interpretado como un diseño común, y no como un
ancestro común;
4) El ejemplo invocado de cepas que
desarrollan una mayor resistencia a los antibióticos tampoco parece superar la
crítica, toda vez que las mismas no han experimentado un “cambio” de especie
sino solamente una mutación en la línea de su misma especie;
5) Que el universo fue creado por Dios
es una verdad de fe, a la que el hombre accede por Revelación. En sí misma no
es objeto de conocimiento científico; en cuanto a su capacidad para ser medida
y cuantificada, la creación está a la misma distancia de la evolución, que
habría sido un proceso de transformación de especies ocurrido hace millones de
años;
6) Así como no debemos “confundir” la
fe y la ciencia, tampoco es justo presentar como incontrovertible una teoría
que en este momento los científicos no dejan de discutir.
Juan Carlos Monedero
Lic. en Filosofía UNSTA
DNI 31.915.771
Necesito comunicarme con Ud. sampijc@gmail.com
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