viernes, 19 de enero de 2018

Tevez, ese maldito homofóbico - Por Fernando Rosales

Tevez, ese maldito homofóbico

Por Fernando Rosales
Con la colaboración de Juan Carlos Monedero (h)

“River Plate, que p… que sos”, “están saliendo con un chabón, son los de Tigre y los de Morón”, “Rojo p…, ohhhh, rojo p…, ya todos saben vos aguante no tenés”, “Ay cervecero, que p… que es tu hinchada¨; la lista podría ser infinita. Quien alguna vez fue a la cancha seguramente tildó a su rival de homosexual empedernido. Sería imposible hacerles caer todo el peso de la policía de lo políticamente correcto a cada uno de los que durante 90 minutos son Pavarotti en la tribuna. Por eso los bien pensantes de siempre buscan casos ejemplificadores que sirvan de escarmiento –de correctivo– la sociedad toda. ¡USTED NO PUEDE PENSAR ASÍ! ¿POR QUÉ? ¡PORQUE NOSOTROS LO DECIMOS!
Hoy el caso ejemplificador es Carlos Tevez. Resulta ser que el jugador de Boca Juniors, recientemente incorporado al club de la Ribera, osó decir en una entrevista: "A Lito yo lo llevo al barrio conmigo. Es chico todavía, pero... imaginate. La madre, los abuelos, el único varón. Si no lo llevo al barrio a que le den un par de cachetazos, está ahí de doblar la muñeca". ¡¿Cómo Tevez va a decir que no quiere que su hijo doble la muñeca?! Esta frase es un resabio del heteropatriarcado opresor, obviamente. ¡Tevez tiene que pagar! ¡Tevez tiene que ser castigado! ¡A la horca! Sin demora, con un apuro digno de mejor causa, la Federación LGBT –desde su Secretaria de deportes (¿?)– manifestó su repudio por los dichos del futbolista. Página/12 también se hizo eco desde su insobornable trinchera periodística.
Es probable que Carlitos, El apache, no sepa qué dice el Catecismo sobre la homosexualidad; es muy probable que no le importe mucho tampoco. Simplemente él habló desde la sensatez y la humildad de la persona impermeable a las ideologías deformadoras de la realidad, como la llamada perspectiva de género. Fuerte Apache no es la facultad de Filosofía y Letras con todos sus vendedores de pan relleno preocupados en salvar el mundo desde una óptica de género. Fuerte Apache tiene necesidades, y necesidades serias, como para andar discurriendo sobre la tasa de mortandad de los transexuales. A esto es impermeable Carlitos.
Tevez no quiere para su hijo lo que Gabriela Mansilla quería para el suyo, Manuel, quien a los 6 años fue sometido a un cambio de DNI, pasándose a llamar Luana, porque –según la madre– él se sentía princesa. Hoy, Gabriela es convocada desde diversos espacios de “formación” para dar cátedra sobre infancias transexuales, algo perfectamente normal, algo que sigue el protocolo de lo que debe ser un niño hoy, no esas aberraciones de jóvenes jugando a la pelota y recibiendo sopapos… ¡un horror! ¡Eso no!
Es probable que sobre el Apache hagan caer el poder coercitivo de un lobby siempre presto a perseguir a quienes alzan la voz para manifestar una herejía sobre los dogmas de la corrección política reinante. Ya lo hicieron el año pasado con Mónica Dinucci, embajadora en Islandia, quien se oponía a la adopción de menores por parte de parejas homosexuales. Es muy probable que en los próximos días –como ocurrió hace muy poco con Facundo Arana[1]–, luego de tanta presión mediática, Tevez salga a disculparse, a dar explicaciones, que intente matizar, bajar el tono, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que cuando habló desde el corazón, que como todo lo bueno está a la derecha, estaba materializando el siguiente pensamiento: “NO QUIERO QUE MI HIJO SEA P….”.






[1] Al respecto, cfr. http://apologetica-argentina.blogspot.com/2018/01/el-caso-arana-o-una-nueva-demostracion.html





1 comentario:

  1. Estoy con Tevez. No tiene por que disculparse. Tiene todo el derecho y hasta la obligación de no querer que su hijo lleve una vida infeliz yendo contra su propia naturaleza, que lleva en sus genes y en todo su ser.

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