jueves, 6 de septiembre de 2018

Lo que ningún padre puede desconocer sobre Educación Sexual y Aborto - Por Juan Carlos Monedero (h)


Lo que ningún padre puede desconocer sobre Educación Sexual y Aborto

Por Juan Carlos Monedero (h)



            Uruguay, Brasil y Estados Unidos son tres países muy distintos entre sí pero tienen algo en común. En todos ellos, titulares de organismos y entidades internacionales han intentado promover el aborto, de modo que la experiencia de esas naciones puede serle muy útil a los padres argentinos, ahora que el Estado quiere intervenir en los colegios promoviendo la asignatura de Educación Sexual, teñida como no puede ser de otra manera por la ideología de género.
        Lo primero que hay que entender es que –como lo prueba lo ocurrido en otros países– el objetivo es reducir la población. Todas las maniobras se ordenan a impedir los nacimientos; ese es el hilo conductor de estas medidas.
Para obtener este fin, primero se tuvo que formar a la gente durante décadas en torno a conceptos tales como “la amenaza del rápido crecimiento demográfico”. Se trató de un concepto impulsado desde usinas internacionales, que contó con el apoyo de muchos alfiles. En la Argentina, por ejemplo, el comediante Quino visibilizaba estos contenidos desde la inocencia de Mafalda, esa niña con ideas y preocupaciones tan precoces. Se hablaba así de la amenaza demográfica, acostumbrando el oído de la gente y preparando el terreno para el uso de los anticonceptivos. Numerosos simposios y revistas no dejaban de pronunciar, oportuna e inoportunamente, términos tales como “las importantes cuestiones demográficas” implicadas en el incontrolable y “peligroso” ritmo de los nacimientos. Los años 60’ y 70’ fueron testigos de continuas alertas mediáticas sobre “la enfermedad mundial de la explosión poblacional”.
De esta manera, prácticas tales como la anticoncepción, la esterilización y el aborto dejaban de parecer extrañas, ilícitas o ilegítimas. Se buscó presentarlas como medidas para la supervivencia del planeta.
La cruzada por la “reducción de la población” –eufemismo de eliminación de personas– obtuvo un apoyo decisivo con la entrada del Tío Sam en el ring, motivado por la prédica de John Rockefeller III. A través de su influencia en diputados y senadores, Rockefeller determinó que los Estados Unidos tomaran el crecimiento demográfico mundial –una amenaza que hoy sabemos inexistente– como un “problema” de seguridad nacional. Es decir, se construyó –nunca mejor usada la palabra– un discurso intelectual que justificara racional y moralmente que los Estados Unidos promoviesen estas políticas en otras partes del mundo. Por supuesto que la administración estadounidense experimentó transformaciones en cuanto a su posición respecto del aborto: no ha sido homogénea a lo largo del tiempo. Sin embargo, el impulso que en su momento se le dio a esta causa dejó huellas profundas, generando apoyos, alianzas y sociedades organizadas en todo el globo.
Todo padre argentino debe saber que asignaturas tales como Educación Sexual tienen, en todas partes del mundo, contenidos previstos en esta línea. La idea es procurar y fomentar la restricción de los nacimientos, bajo el pretexto de eliminar el embarazo adolescente o no deseado. ¿Extraña que sean los mismos que fomentan una iniciación sexual cada vez más temprana o incluso una erotización de la niñez?



La reducción de la población tiene básicamente dos caras: 1) Se impide la concepción de los seres humanos; 2) Se los elimina antes del nacimiento. Más que esto no hay, por eso es que los organismos internacionales están muy interesados en controlar y determinar el significado que el sexo y las relaciones sexuales tienen para las personas. En una palabra: si ellos determinan el papel de la sexualidad en una sociedad, el valor de los hijos, el sentido de lo que es la familia, la importancia del matrimonio, tienen la batalla ganada. De ahí que en tantas publicidades, series, películas, comics, novelas, se introduzcan comentarios donde los personajes se burlan de las familias numerosas (recuerden cómo se atacó a Maru Botana, por ejemplo), o donde se rebaja la dignidad de matrimonio; de ahí que se promueva el divorcio, como también personajes visiblemente homosexuales.
Aprovechando que las personas naturalmente creen que las palabras significan las cosas que se pronuncian, fueron acuñados una serie de vocablos para lograr este objetivo. Así, el lobby pretende difundir las palabras derechos reproductivos mientras promueven lo contrario a la reproducción. Derechos sexuales pero reducen el sexo a la genitalidad, omitiendo sus consideraciones afectivas y psicológicas. En Brasil, surgieron con apoyo gubernamental tanto una Comisión de Ciudadanía y Reproducción como una Secretaría de Políticas para las Mujeres: ambas entidades promovían el exterminio de los ciudadanos, obstaculizando por supuesto la reproducción. Todo esto sin contar los daños secundarios que las madres tienen como consecuencia de la práctica (legal o ilegal). En Uruguay, distintos estamentos del gobierno promovieron en su momento unas Iniciativas Sanitarias que incluían entre sus servicios al aborto, como si matar un niño fuese una práctica de salud.
La OMS, por su lado, agregó la contraconcepción de emergencia –esto es, la píldora del día después– a la lista de “Medicamentos Esenciales”, pretendiendo rociarla con terminología médica. Una estrategia que por lo menos lleva medio siglo, cuando el precitado Rockefeller fundó en 1952 el Consejo Poblacional (Population Council), irónicamente destinado a reprimir el crecimiento de la población.
Se trata, en definitiva, de una GUERRA SEMÁNTICA: por todas partes la verdad, la justicia y el bien común de las naciones se ven asediados por auténticos guerrilleros del lenguaje. En la Argentina, en estos días la Educación Sexual está siendo discutida por los integrantes de las comisiones de Educación, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Todas palabras muy bonitas pero cuyo destino es ser bastardeadas tan pronto como niños de 9 años sean incitados a toquetearse entre sí, explorando posibilidades de masturbación. En definitiva, se convertirá a los pequeños en fáciles víctimas del abuso sexual infantil. Dios no perdonará ni a los corruptores de menores ni a los guerrilleros verbales.
Las personas que estarán a cargo de las asignaturas de Educación Sexual son así. No olvide, estimado padre de familia, que el aborto y la Educación Sexual son herramientas; pero las herramientas nada pueden si no son manejadas por gente de carne y hueso, con nombre y apellido. Detrás de los instrumentos, están personas tales como Romina del Pla, Silvia Lospennato, Carla Carrizo, José Riccardo, Alejandra Martínez y otros. Y detrás de ellos, los titulares de entidades internacionales, apoyándolos directa o implícitamente, con el objetivo fijo restringir la población (impidiendo que sea concebida o eliminándola). O sea, matando gente.
Padres de familias argentinas: no se olviden que los mismos que quisieron que sea legal matar a sus hijos les quieren decir a ustedes cómo deben educar a los suyos.
¿Van a quedarse de brazos cruzados?

8 comentarios:

  1. ¡nada tontos! dieron en la tecla con el vocabulario, así mentalizaron al mundo entero que no habria "alimentos" para todos.... jua ¡despertaos! Acaso ¿se le escapo a Dios? "mirad las aves del cielo y los lirios del campo"

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  2. La Ideologia de Genero exalta libertad sexual sin limites. Esta libertad incluye tener relaciones con menores de edad. Si se enseña IDG en las escuelas los niños se convertirán en fáciles víctimas del abuso sexual infantil.

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  3. MUY BUENO EL ARTÍCULO...ESPERO QUE TODOS LOS PADRES ARGENTINOS CONOZCAN ESTE TEMA...SON POCOS LOS QUE SABEN DE QUÉ SE TRATA..

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  4. Excelente. Muchas gracias. Hay mucha gente dormida.

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  5. Difundir. Rezar. Estar atentos. Luchar en cada lugar donde nos toca estar.....y todo se puede revertir

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