Lo que ningún padre puede desconocer
sobre Educación Sexual y Aborto
Por Juan Carlos Monedero
(h)
Uruguay, Brasil y Estados Unidos son
tres países muy distintos entre sí pero tienen algo en común. En todos ellos,
titulares de organismos y entidades internacionales han intentado promover el
aborto, de modo que la experiencia de esas naciones puede serle muy útil a los padres
argentinos, ahora que el Estado quiere intervenir en los colegios promoviendo
la asignatura de Educación Sexual, teñida como no puede ser de otra manera por
la ideología de género.
Lo primero que hay que entender es
que –como lo prueba lo ocurrido en otros países– el objetivo es reducir la
población. Todas las maniobras se ordenan a impedir los nacimientos; ese es el
hilo conductor de estas medidas.
Para obtener este fin, primero se tuvo
que formar a la gente durante décadas en torno a conceptos tales como “la
amenaza del rápido crecimiento demográfico”. Se trató de un concepto impulsado
desde usinas internacionales, que contó con el apoyo de muchos alfiles. En la
Argentina, por ejemplo, el comediante Quino
visibilizaba estos contenidos desde la inocencia de Mafalda, esa niña con ideas y preocupaciones tan precoces. Se
hablaba así de la amenaza demográfica, acostumbrando
el oído de la gente y preparando el terreno para el uso de los anticonceptivos.
Numerosos simposios y revistas no dejaban de pronunciar, oportuna e
inoportunamente, términos tales como “las importantes cuestiones demográficas”
implicadas en el incontrolable y “peligroso” ritmo de los nacimientos. Los años
60’ y 70’ fueron testigos de continuas alertas mediáticas sobre “la enfermedad
mundial de la explosión poblacional”.
De esta manera, prácticas tales como
la anticoncepción, la esterilización y el aborto dejaban de parecer extrañas,
ilícitas o ilegítimas. Se buscó presentarlas como medidas para la supervivencia
del planeta.
La cruzada por la “reducción de la
población” –eufemismo de eliminación de personas–
obtuvo un apoyo decisivo con la entrada del Tío
Sam en el ring, motivado por la prédica de John Rockefeller III. A través
de su influencia en diputados y senadores, Rockefeller determinó que los
Estados Unidos tomaran el crecimiento demográfico mundial –una amenaza que hoy
sabemos inexistente– como un “problema” de seguridad
nacional. Es decir, se construyó –nunca mejor usada la palabra– un discurso
intelectual que justificara racional y moralmente que los Estados Unidos
promoviesen estas políticas en otras partes del mundo. Por supuesto que la
administración estadounidense experimentó transformaciones en cuanto a su posición
respecto del aborto: no ha sido homogénea a lo largo del tiempo. Sin embargo,
el impulso que en su momento se le dio a esta causa dejó huellas profundas,
generando apoyos, alianzas y sociedades organizadas en todo el globo.
Todo padre argentino debe saber que
asignaturas tales como Educación Sexual tienen, en todas partes del mundo,
contenidos previstos en esta línea. La idea es procurar y fomentar la
restricción de los nacimientos, bajo el pretexto de eliminar el embarazo
adolescente o no deseado. ¿Extraña que sean los mismos que fomentan una
iniciación sexual cada vez más temprana o incluso una erotización de la niñez?
La reducción de la población tiene
básicamente dos caras: 1) Se impide la concepción de los seres humanos; 2) Se los
elimina antes del nacimiento. Más que esto no hay, por eso es que los
organismos internacionales están muy interesados en controlar y determinar el significado que el sexo y las
relaciones sexuales tienen para las personas. En una palabra: si ellos determinan el papel de la
sexualidad en una sociedad, el valor de los hijos, el sentido de lo que es la
familia, la importancia del matrimonio, tienen la batalla ganada. De ahí
que en tantas publicidades, series, películas, comics, novelas, se introduzcan
comentarios donde los personajes se burlan de las familias numerosas (recuerden
cómo se atacó a Maru Botana, por ejemplo), o donde se rebaja la dignidad de
matrimonio; de ahí que se promueva el divorcio, como también personajes visiblemente
homosexuales.
Aprovechando que las personas naturalmente
creen que las palabras significan las cosas que se pronuncian, fueron acuñados una
serie de vocablos para lograr este objetivo. Así, el lobby pretende difundir
las palabras derechos reproductivos mientras
promueven lo contrario a la reproducción. Derechos
sexuales pero reducen el sexo a la genitalidad, omitiendo sus
consideraciones afectivas y psicológicas. En Brasil, surgieron con apoyo
gubernamental tanto una Comisión de
Ciudadanía y Reproducción como una Secretaría
de Políticas para las Mujeres: ambas
entidades promovían el exterminio de los ciudadanos, obstaculizando por
supuesto la reproducción. Todo esto sin contar los daños secundarios que las
madres tienen como consecuencia de la práctica (legal o ilegal). En Uruguay, distintos
estamentos del gobierno promovieron en su momento unas Iniciativas Sanitarias que incluían entre sus servicios al aborto,
como si matar un niño fuese una práctica de salud.
La OMS, por su lado, agregó la
contraconcepción de emergencia –esto es, la píldora del día después– a la lista
de “Medicamentos Esenciales”, pretendiendo
rociarla con terminología médica. Una estrategia que por lo menos lleva medio
siglo, cuando el precitado Rockefeller fundó en 1952 el Consejo Poblacional (Population Council), irónicamente destinado a
reprimir el crecimiento de la población.
Se trata, en definitiva, de una GUERRA
SEMÁNTICA: por todas partes la verdad, la justicia y el bien común de las
naciones se ven asediados por auténticos guerrilleros
del lenguaje. En la Argentina, en estos días la Educación Sexual está
siendo discutida por los integrantes de las comisiones de Educación, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Todas palabras muy
bonitas pero cuyo destino es ser bastardeadas tan pronto como niños de 9 años sean
incitados a toquetearse entre sí, explorando posibilidades de masturbación. En
definitiva, se convertirá a los pequeños en fáciles víctimas del abuso sexual
infantil. Dios no perdonará ni a los corruptores de menores ni a los
guerrilleros verbales.
Las personas que estarán a cargo de
las asignaturas de Educación Sexual son
así. No olvide, estimado padre de familia, que el aborto y la Educación Sexual
son herramientas; pero las herramientas nada pueden si no son manejadas por gente
de carne y hueso, con nombre y apellido. Detrás de los instrumentos, están personas
tales como Romina del Pla, Silvia Lospennato, Carla Carrizo, José Riccardo,
Alejandra Martínez y otros. Y detrás de ellos, los titulares de entidades
internacionales, apoyándolos directa o implícitamente, con el objetivo fijo restringir
la población (impidiendo que sea concebida o eliminándola). O sea, matando
gente.
Padres de familias argentinas: no se
olviden que los mismos que quisieron que sea legal matar a sus hijos les quieren
decir a ustedes cómo deben educar a los suyos.
¿Van a quedarse de brazos cruzados?
¡nada tontos! dieron en la tecla con el vocabulario, así mentalizaron al mundo entero que no habria "alimentos" para todos.... jua ¡despertaos! Acaso ¿se le escapo a Dios? "mirad las aves del cielo y los lirios del campo"
ResponderEliminarMuy buen artículo.
ResponderEliminarLa Ideologia de Genero exalta libertad sexual sin limites. Esta libertad incluye tener relaciones con menores de edad. Si se enseña IDG en las escuelas los niños se convertirán en fáciles víctimas del abuso sexual infantil.
ResponderEliminarMUY BUENO EL ARTÍCULO...ESPERO QUE TODOS LOS PADRES ARGENTINOS CONOZCAN ESTE TEMA...SON POCOS LOS QUE SABEN DE QUÉ SE TRATA..
ResponderEliminarExcelente. Muchas gracias. Hay mucha gente dormida.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Asi es.
ResponderEliminarMuy bueno el blog, siga así!
ResponderEliminarDifundir. Rezar. Estar atentos. Luchar en cada lugar donde nos toca estar.....y todo se puede revertir
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