sábado, 3 de marzo de 2018

No todo merece un debate - Por Francisco Llambías


No todo merece un debate

Por Francisco Llambías

Bajo la lógica del liberalismo todos los temas deben ser discutidos: absolutamente todo merece un debate.
En esa inteligencia, la última palabra siempre la tiene el consenso, es decir, el acuerdo de la mayoría.
Digámoslo claramente: en la cosmovisión descrita no hay lugar para la verdad, no es posible afirmar algo con certeza, como por ejemplo que hay vida humana desde el momento de la concepción[1].



Tampoco es factible sostener que el derecho a la vida de los seres humanos por nacer sea absoluto.
Consecuencia de este pensamiento –ideología, en su sentido más peyorativo- hoy tenemos que debatir lo que es obvio, demostrar y argumentar sobre lo evidente: que el aborto implica matar a un ser humano. Ahora bien, ¿qué supone para la sociedad aceptar este pseudo debate? ¿La convierte en más madura?
La respuesta es no, ya que no hace más madura a una sociedad debatir sobre si debería legalizarse el asesinato de sus miembros más indefensos e inocentes.
Celebrar la apertura de esta discusión –como lo hacen tantos comunicadores sociales– sería equivalente a festejar que se inicie en nuestro país un debate sobre la posible legalización de la pedofilia; uno de tantos otros aberrantes delitos que sin embargo podrían –bajo la lógica que cuestionamos– igualmente discutirse.
Debatir algunas cosas habla de lo mal que se tiene que estar para llegar a esa instancia.
La discusión sobre la legalización del aborto en sí misma –independientemente de su resultado– es lamentable.
 Se cumplió el pronóstico anunciado por G. K. Chesterton: llegó el día en que se están blandiendo espadas para demostrar que las hojas son verdes en verano. Frente a este panorama, invitamos a todos los argentinos y hombres de bien a levantar la bandera de la defensa de la vida, a luchar contra la cultura de la muerte que hoy nos acecha; a ser la voz de los que no pueden gritar ¡¡¡quiero vivir!!!



[1] Se trata de una realidad biológica, universalmente aceptada por la ciencia de la medicina. Es suficiente con citar las manifestaciones del Profesor Jerome Lejeune, quien se desempeñó como catedrático de Genética Fundamental en la Facultad de Medicina de la Universidad de París. Fue además miembro de la Academia Pontificia de Ciencias: “Inmediatamente después que los 23 cromosomas paternos llevados por el espermatozoide se unen a los 23 cromosomas que aporta el óvulo, toda la información necesaria y suficiente para la constitución genética de un nuevo ser humano se encuentra reunida”.

3 comentarios:

  1. Excelente! La vida no se discute!

    ResponderEliminar
  2. Afirmar que un embrión (un ser vivo) puede morir o vivir según tenga o no tenga 14 días de gestación, es algo macabro.

    Luis Illuminati

    ResponderEliminar